Pero empecé como se debía...Sebastián me aportó dosis inmensas de la paciencia y tranquilidad de la que mis 21 años carecían.
Cuando nació, bajo el signo de cáncer su figura de niño bien alimentado me dió la confianza suficiente para iniciarme en esto de la maternidad. 3 kilos 800, eran lo que se llama un inquilino grande para mi apartamentico.
Amamantarlo fue un placer, con unas cuantas lagrimitas...pero todo, todo valía la pena.
Tuve que hacer acercamientos bibliográficos a lo del tema de la maternidad, ya que en mi vida había tenido experiencia directa con el asunto.
Así que amamantaba y leía.
Habló muy rápido. Y sus frases eran claras y coherentes. Como cuando apenas de año y algo, salimos apurados (para no perder el entrenamiento) y el empezó a llamar el taxi, con la misma cara de angustia que yo ponía.
Arruyado bajo el influjo de la salsa, en las salas de espera de la pediatra cantaba, "Camina pa´lante no mires pa´tras" y era el centro de atención, (las madres siempre pensamos que nuestro hijo es el centro de atención) pero pienso finalmente que realmente lo era.
Se parece mucho a su padre, tiene esa mirada y esa voz cálida y calma, y a Dios gracias también su voz y oído.
Pero se cuela en el un sabor latino, que no es por nada, todos sabemos de donde viene...jejejej.
A lo largo de su crecimiento me impacta su paciencia y lo mortalmente certeros que son sus comentarios.
Ahora avanza a la adolescencia, con mucho éxito en el campo de las chicas. Pero con ese don de ser profundo e íntimo, que por indescifrable lo vuelve más enigmático e interesante.
Que me cante es mi mejor regalo, verlo crecer está siendo mi aventura ....La Aventura!!!!
Pronto tendré que mirar al techo para hablarle, pronto, quizás más rápido de lo que quiero tomará su rumbo.
Mi hijo es la serenidad y la agudeza, la abstracción y lo concreto, Sebastián tiene un futuro tan genial, divino y místico como él.
Te bendigo, cada momento del día, y me siento la mujer, que sabe por donde ir, gracias a que soy la mujer cuyo destino ha sido ser tu madre.
Te amo, con el más dulce, divino e inmenso amor.
Te amo desde las entrañas de otros tiempos.
A ti lo mejor mi Sebastián.
Habló muy rápido. Y sus frases eran claras y coherentes. Como cuando apenas de año y algo, salimos apurados (para no perder el entrenamiento) y el empezó a llamar el taxi, con la misma cara de angustia que yo ponía.
Arruyado bajo el influjo de la salsa, en las salas de espera de la pediatra cantaba, "Camina pa´lante no mires pa´tras" y era el centro de atención, (las madres siempre pensamos que nuestro hijo es el centro de atención) pero pienso finalmente que realmente lo era.
Se parece mucho a su padre, tiene esa mirada y esa voz cálida y calma, y a Dios gracias también su voz y oído.
Pero se cuela en el un sabor latino, que no es por nada, todos sabemos de donde viene...jejejej.
A lo largo de su crecimiento me impacta su paciencia y lo mortalmente certeros que son sus comentarios.
Ahora avanza a la adolescencia, con mucho éxito en el campo de las chicas. Pero con ese don de ser profundo e íntimo, que por indescifrable lo vuelve más enigmático e interesante.
Que me cante es mi mejor regalo, verlo crecer está siendo mi aventura ....La Aventura!!!!
Pronto tendré que mirar al techo para hablarle, pronto, quizás más rápido de lo que quiero tomará su rumbo.
Mi hijo es la serenidad y la agudeza, la abstracción y lo concreto, Sebastián tiene un futuro tan genial, divino y místico como él.
Te bendigo, cada momento del día, y me siento la mujer, que sabe por donde ir, gracias a que soy la mujer cuyo destino ha sido ser tu madre.
Te amo, con el más dulce, divino e inmenso amor.
Te amo desde las entrañas de otros tiempos.
A ti lo mejor mi Sebastián.